miércoles, 23 de mayo de 2012

Y parece mentira...

Ya han pasado 8 meses y 3 días. Y parece mentira. Acabo de leer un correo que me mandé el 19 de septiembre (de 2011, claro) y me llegó ayer. Justo me acordé hoy de que algún día me llegaría esto, curioso. La cosa es que yo, hace 8 meses, imaginaba que hoy vería aquel día como algo lejano, algo diferente, algo que me hiciese decir: ¡Guau, qué tiempos! Pero será que me hago viejo y que 8 meses no duran lo mismo a mis 18 que lo que duraban a los 12, puede ser. Imaginaba mil historias por contar, como si de un viejo marinero llamado Simbad se tratase. Imaginaba mil y un enredos con los que sorprender a mi ya extinto "yo" del pasado. Imaginaba que si ahora mismo pudiese hablar con el que escribió tal mensaje, pudiese relatarle cosas que le dejarían días traspuesto y deseando que llegasen. Pero nada más lejos de la realidad. Parece que fuese ayer cuando escribí aquel entusiasta mensaje y aunque han cambiado y ocurrido cosas que dejarían un tanto roto a aquel joven 8 meses menor, aunque he aprendido muchas cosas, realmente no creo que nada le sorprendiese. Creo que si ahora mismo pudiese hablar con él, le habría avisado de cosas, muchas cosas que le salvarían de incómodos momentos. Pero ahora que lo pienso, de hacerlo esto no estaría siendo escrito. La cosa es que parece mentira la firme distinción entre las esperanzas y lo que ocurre. Siempre he sido consciente de ello, pero nunca dejará de sorprenderme.

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