Dicen que el colibrí aletea unas 160 veces por segundo aproximadamente, que el corazón late unas 80 veces al minuto. Se dicen muchas cosas, la verdad es que demasiadas, pero a ciencia cierta sabemos lo erróneo que resulta amar de corazón cuando el amor es algo cerebral y no visceral. Pero cuesta creerlo ¿no? Es decir, comentan que estar enamorado es como un canto a la desesperación, un canto que nadie escucha pero que esperas que contesten y a veces alguien escucha caer el árbol en medio del bosque y otras nadie está ahí para escucharlo, puede que torres más altas hayan caído y nadie se ha dado cuenta.
El cerebro piensa y luego actúa, el sujeto enamorado actúa y luego piensa, el corazón bombea y luego se para, pero primero bombea.
Todo esto solo lo comentan, yo no lo sé, yo no sé nada y no pretendo ni quiero saber de absolutamente nada. Ni lo estoy enamorado, ni lo pretendo ni quiero estar enamorado absolutamente nada, pero un argentino loco dijo que hay días para quedarse a mirar y otros sospechosamente light. ¿Y si este día es para pensar en cosas que todos creen que piensan pero nadie se para a comprobarlas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario